Ya sé que odias la publicidad, pero hay algo que no te han dicho, la publicidad digital no sólo te interrumpe, también contribuye directamente al cambio climático.
La publicidad digital se basa en la nube y como te conté en otro video, lo que llamamos la nube son centros de datos que consumen grandes cantidades de electricidad para funcionar y millones de litros de agua para enfriarse.
Hay comparaciones útiles para entender el problema de contaminación digital. Por ejemplo, un sitio web con 100.000 páginas vistas al mes emite el doble de dióxido de carbono al año que un Toyota Yaris.
Las nuevas tecnologías que se usan en publicidad, como la programática y la necesidad constante de impulsar el crecimiento de los ingresos han creado cadenas de suministro que son increíblemente ineficientes y, por supuesto, dañan nuestro planeta.
Según las estimaciones al año se gastan más de $500 mil millones de dólares en publicidad, de los cuales casi tres cuartas partes se destinan a anuncios digitales.
Para que tengas una idea, un millón de impresiones de anuncios digitales generan la misma cantidad de emisiones de carbono que un vuelo de ida y vuelta de Ciudad de México a La Paz. Esto se ha convertido en un problema sistémico integrado en cadenas de suministro complejas.
Si tomamos en cuenta la gran cantidad de fraude que existe en el mundo de la publicidad digital, ¿vale la pena emitir esa cantidad de gases de efecto invernadero para ejecutar anuncios gráficos y programáticos que generalmente las personas nunca ven?
Sin embargo, la estadística muestra que la publicidad digital aumenta la efectividad si la comparamos con los medios offline, así que podríamos llegar al punto en que los anunciantes tengan que elegir entre vender más o salvar el mundo.
Escucha esto, la economía ecológica destaca la diferencia entre desarrollo y crecimiento. Cuando algo crece, se hace físicamente más grande por acumulación o asimilación de material. Pero cuando algo se desarrolla, mejora en un sentido cualitativo. No tiene que hacerse más grande.
No hay nada de malo en obtener ganancias, pero las ganancias sostenibles son el signo de una empresa responsable. El modelo actual de la publicidad digital que persigue el crecimiento desenfrenado y egoísta no es ni sostenible ni responsable.