Ya te habrás dado cuenta de que tus productos favoritos cada vez traen menos cantidad aunque los precios se mantienen o incluso suben. Esta es una estrategia tramposa de algunas marcas que busca incrementar sus ganancias sin que te des cuenta.
La estrategia se denomina “shrinkflation” que en español puede traducirse como inflación por reducción. Esta práctica se está volviendo cada vez más común, especialmente en snacks, aunque también se usa mucho en categorías como cuidado de la piel y aseo personal.
La principal motivación de las empresas para el uso de la "shrinkflation" es el incremento de las ganancias. Pueden aumentar sus márgenes de utilidad sin tener que subir los precios y arriesgarse a perder clientes.
Esta práctica suele afectar a todo el mercado, porque cuando una empresa empieza a hacerlo, las demás se ven obligadas a hacerlo también para no perder competitividad.
La "shrinkflation" tiene un impacto directo en los consumidores porque terminas pagando más por menos: Aunque el precio no cambie, estás recibiendo menos producto por tu dinero.
Esta práctica es éticamente cuestionable pero es legal. Básicamente se aprovechan de la confianza de los consumidores. No imaginarías que la marca que tanto te gusta te quiera robar.
Es difícil identificar cuando una empresa usa la “shrinkflation” porque deberías calcular el precio por unidad, utilizando el gramaje por ejemplo y pocos se tomarán el tiempo para hacer las cuentas a la hora de comprar.
Como consumidores debemos estar informados y tomar medidas para protegernos, por ejemplo elegir marcas honestas que no busquen engañarnos y dejar de consumir marcas tramposas. Solo así podemos presionar a las empresas para que sean más transparentes y justas con sus clientes.