Las perversas estrategias de Uber



Uber parece ser la representación de la startup perfecta. Una idea innovadora ejecutada por visionarios emprendedores que solucionan un problema y se hacen millonarios en el proceso. Pero lo que muchos no saben es que su camino está lleno de juicios, fraudes, espionaje y corrupción.


El servicio fue lanzado en 2010 con el nombre de UberCab en la ciudad de San Francisco-California. Travis Kalanick y Garrett Camp fundaron la compañía con el objetivo de solucionar el problema de transporte que se generaba por el pésimo servicio prestado por los taxis.  

Uber comenzó siendo un servicio de autos de lujo y limusinas que se convirtió en símbolo de status en la zona adinerada de San Francisco. Tras unos meses de éxito empezarían los problemas, los representantes de la agencia municipal de transporte les informaron que su operación era ilegal. Las sanciones que enfrentaba UberCab por su operación eran graves e incluían multas de cinco mil dólares por viaje y hasta noventa días de prisión para los integrantes de la compañía. 


El pequeño equipo de UberCab estaba devastado y aterrado, todos excepto el CEO Travis Kalanick quien decidió deliberadamente ignorar a la agencia de transporte afirmando que no eran una empresa de taxis sino una compañía de tecnología así que las regulaciones no aplicaban para ellos. Para defender este argumento se vieron obligados a quitar la palabra CAB de su nombre de marca.


Esta visión particular de Kalanick lo llevó a desarrollar varias definiciones convenientes que le ahorraron millones a la compañía, por ejemplo, para él sus conductores no serían empleados sino socios, lo que significa que no tendrían derechos laborales ni beneficios de ley.


Por supuesto que las autoridades no compartían esas definiciones sesgadas y empezarían a perseguir a la compañía para que cumpla con la ley. Entonces el CEO de Uber se preparó para una guerra legal. La primera estrategia de batalla fue crear presión de la opinión pública, para lo cual debía masificar rápidamente el servicio con el objetivo de que la multitud de usuarios puedan hacer presión frente a las autoridades. 


Logró masificar el servicio a través de algunas astutas acciones, primero compró miles de Iphones con descuento a la telefónica AT&T para entregarlos a los conductores con la aplicación precargada, además entregaban bonos por cumplir cierta cantidad de viajes semanales. Esto atrajo a muchos conductores que se unieron a Uber por los beneficios. 


A los usuarios les regalaba el primer viaje gratis, además de descuentos en el segundo y tercer viaje para convertirlos en clientes frecuentes. La estrategia fue extremadamente costosa y perdían dinero en cada viaje, pero consiguieron el objetivo de crear una base de clientes que usaban exclusivamente Uber en lugar de taxi. 


Pronto el servicio se expandió a otras ciudades con beneficios similares. Debían hacerlo rápido antes de que las autoridades empiecen a presionar, pero cuando finalmente lo hicieron, Uber organizó protestas en las que participaban clientes, conductores y hasta empleados. En 2012 la compañía lanzó Uber X en el que cualquier persona podría usar su auto para ofrecer el servicio, esto iba en contra de las leyes vigentes por lo que las autoridades locales amenazaron con multar a los conductores para evitar que más gente ingrese a trabajar. 


Uber inmediatamente informó a todos los conductores que si eran multados, la compañía les devolvería el monto total de la sanción, fue un buen movimiento pero la jugada maestra de la empresa fue desarrollar un sistema secreto paralelo llamado Grayball en el que detectaba cuando las autoridades descagaban la aplicación para intentar localizar a los conductores y les mostraba un mapa vacío en el que aparentaba que no habían conductores operando.


El sistema Grayball era tan efectivo porque cruzaba información de localizaciones, tarjetas de crédito y redes sociales para determinar si el usuario era real o era una autoridad. Uber contrató ex empleados de la CIA y el FBI para mejorar el software y espiar a las autoridades locales. Crearon una compleja y efectiva red de espionaje corporativo. 


Cuando este proyecto de espionaje super secreto salió a la luz en 2017 dos mil diecisiete, Uber ya era legal en muchas ciudades debido a que había pagado millones en lobbying con los diferentes gobiernos. Básicamente replicaron el modelo en cada ciudad, masificaban el servicio y cuando tenían el poder de la opinión pública presionaban a las autoridades para que adapten la legislación a su modelo de negocios.


Pero Uber usaría el juego sucio también contra su competencia. El servicio de Lyft fue lanzado en 2012 dos mil doce y Travis Kalanick solo pensaba en acabar con el retador cueste lo que cueste. Su personalidad hiper competitiva lo hacía obsesionarse con destruir por completo a su competencia. Por ejemplo, una efectiva estrategia de marketing de Lyft era organizar fiestas para sus conductores, Uber boicoteaba esas fiestas otorgando bonos a los conductores que dejen Lyft y se cambien de compañía.


Otra estrategia sucia de Uber fue crear miles de cuentas falsas de Lyft, con esto podían monitorear a los conductores de esa compañía e ingresarlos en otro sistema secreto llamado HELL, que servía para detectar a los conductores que usaban los dos servicios, tanto Uber como Lyft. Una vez detectados les ofrecían bonos para abandonar Lyft y quedarse con Uber. 


Este sabotaje llegó al punto de robar a los inversionistas, cuando Travis Kalanick a través de su red de contactos se enteraba de un posible inversor de Lyft, él lo persuadía personalmente para que invierta en Uber en lugar de su competencia. Así ganó miles de millones de dólares en inversión.


Hasta aquí el camino de Uber ya era bastante antiético pero lo que vendría sería aún más controversial. 
Al inicio, la opinión pública pensaba que era una compañía innovadora que redujo el costo del servicio de transporte y se enfrentó a las mafias de los taxis, pero ese sentimiento positivo ha ido cambiando. Poco a poco se han ido destapando las corruptas prácticas de Uber en varios países, por ejemplo en Indonesia se tiene evidencia de sobornos a las autoridades por parte de Uber, que eran registrados como gastos de operación.
 
La compañía también ha enfrentado demandas por faltas a la privacidad de los datos de sus usuarios, debido a que Uber hacía un seguimiento de los movimientos de los clientes después de recibir el servicio de transporte para saber a dónde iban las personas. Incluso hay registro de que Uber hacía el seguimiento de celebridades para conocer dónde estaban y cómo se movían.


En los últimos años Uber ha pagado miles de dólares a hackers que lograron ingresar a su sistema para que no revelen los datos de sus usuarios. Además, ha enfrentado huelgas de sus propios conductores afectando negativamente a su imagen pública. Esto ayudó a que Lyft pueda remontar y nuevamente dar pelea debido a que la gente estaba borrando la aplicación de Uber y buscando alternativas.


En 2017 luego de varios escándalos, demandas y problemas personales, Travis Kalanick decide retirarse temporalmente de la compañía para trabajar en su desarrollo personal, pero la junta directiva de Uber lo despidió de su propia compañía debido a presiones de sus inversionistas. Es más, uno de los primeros inversionistas de Uber, Benchmark Capitals demandó a Travis acusándolo de fraude. 


El cofundador de Uber ha sido un personaje polémico y para muchos desagradable y hasta mañoso, pero hay que ser claros en algo, Uber no sería la compañía gigante que es hoy si no fuera por Travis Kalanick. Él es un admirador de Jeff Bezos y su manera de liderar Amazon, de ahí tomó el modelo de reinversión de utilidades, crecimiento constante y expansión. Replicar esas prácticas de Bezos en Amazon es una de las razones por las que Uber creció tan rápido.


Travis también admiraba la manera en que Bezos llevó a su compañía a nuevos mercados y eso es lo que intentó hacer con Uber. En el camino tuvo algunos proyectos fallidos como Uber Rush, pero también grandes éxitos como UberEats. Y a pesar de que tenía muchos proyectos ambiciosos, todo se detuvo cuando fue separado de su propia compañía.


Después de la salida de Travis Kalanick, Uber se volvió mucho más estable y el nuevo CEO se enfocó en mejorar la relación con los conductores y mejorar la percepción que tenían los clientes de la marca. Cuando Uber tuvo su salida a bolsa en mayo de 2019 dos mil diecinueve/, los inversionista creía que la demanda sería muy alta ahora que Uber estaba en manos más seguras, sin embargo, en el primer día de negociación de acciones de Uber en el mercado de valores, su valor disminuyó más que cualquier otra oferta pública inicial en wall street desde 1975.


Podríamos deducir que la razón de esto pudo ser que la reputación de Uber todavía está manchada de todo los escándalos que ha tenido a lo largo de su historia, pero la verdadera razón es que Uber todavía está perdiendo dinero cada año.


Es común que las startups pierdan dinero los primeros años porque priorizan el crecimiento sobre la utilidad, así como lo hizo Amazon exitosamente, pero Uber tiene más de diez años de existencia y en 2020 dos mil veinte/ tuvo una pérdida de casi siete mil millones de dólares.


Es decir que en más de una década, no sólo no ha tenido utilidades, sino que sigue perdiendo miles de millones de dólares cada año. Uber argumenta que siguen en la fase de crecimiento y expansión, y que serán rentables los próximos años, pero los inversionistas no están tan convencidos de eso.


Ahora, es evidente que sin Travis Kalanick a la cabeza, Uber parece ser una compañía más estable y madura, pero a qué costo. Sin el implacable impulso de Travis por la rápida expansión, su hambre constante por la innovación y su deseo despiadado de ganar a toda costa, ¿qué pasará con Uber?. Algunos piensan que Uber sin Travis Kalanick es como Apple sin Steve Jobs, podrán seguir siendo exitosos pero nunca será lo mismo sin ellos.

Artículo Anterior Artículo Siguiente