La industria de la moda es uno de los grandes contaminadores


Si alguna vez compraste ropa en Zara, Forever 21 o H&M, eres parte de la industria de la moda rápida, una de las más contaminantes y nocivas del mundo.

La industria de la moda es el segundo mayor consumidor de agua del planeta y es responsable de aproximadamente el 10% de las emisiones de carbono, más que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos.

Los minoristas de ropa producen masivamente ropa barata y de poca duración para satisfacer las necesidades de los consumidores jóvenes. Y a pesar de que existe una tendencia creciente de consumo consciente, la mayoría de los consumidores pasan por alto los problemas ambientales derivados de sus hábitos de compra.

Pero el impacto de la moda rápida va mucho más allá; el 85% de todos los textiles van a la basura cada año. Incluso lavar la ropa de moda barata libera 500.000 toneladas de microfibras en el océano cada año, el equivalente a 50.000 millones de botellas de plástico.

Y el futuro no pinta nada bien, se prevé que para el 2030 las emisiones de la fabricación textil se dispararán en un 60%. 

Pero el impacto negativo de la moda rápida va más allá de lo ambiental y genera muchos problemas sociales. El 80% de la ropa de moda rápida está hecha por mujeres jóvenes de entre 18 y 24 años en condiciones de trabajo forzoso y hay evidencia de trabajo infantil.

Como respuesta, la industria de la moda rápida utiliza la estrategia del greenwashing, es decir, aparentar que su fabricación incluye materiales reciclados o procesos menos nocivos. Pero todo apunta a que los cambios no son reales, las marcas de moda no podrían mantener los precios bajos y las producciones masivas de ropa, si cumplen con las leyes laborales y evitan contaminar el agua y el aire en el proceso.

Existen marcas que intentan incluir fibras recicladas en su producción, pero estas débiles iniciativas sólo representan el 6,5% del total de la producción, por lo que no aportan demasiado a reducir la huella ambiental de la industria de la moda.

Si todo esto te parece mal, el futuro se proyecta aún peor, porque la inflación mundial podría hacer que los compradores prioricen el precio sobre la sostenibilidad, aumentando el consumo de esta moda y evitando que los fabricantes hagan cambios reales en sus prácticas comerciales.

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