El impuesto rosa, una táctica discriminatoria de marketing


¿Sabías que las mujeres pagan más que los hombres por productos similares? Ropa, shampoo, cremas, rasuradoras entre otros, son más caros para las mujeres. A esta práctica se le denomina el impuesto rosa.

El impuesto rosa es una táctica discriminatoria de marketing que afecta directamente a las mujeres. A través del “impuesto rosa” los productos dirigidos a mujeres tienen un precio más alto que productos similares dirigidos a hombres.

Esta táctica sólo persigue la maximización de los beneficios de la empresa y no satisfacer necesidades o deseos reales. El impuesto rosa es tan efectivo debido a que se basa en las tendencias psicológicas, el comportamiento de compra y los intereses, para promover la venta de productos femeninos.

La diferencia de precios que pagan las mujeres al consumir estos productos, se traduce en una reducción significativa de las oportunidades y los servicios disponibles para las mujeres. Por supuesto, esto aumenta las desigualdades profundamente arraigadas en nuestra sociedad.

La publicidad y los medios imponen estándares físicos y alientan a la sociedad a perseguir los estereotipos de género que empujan a las mujeres a comprar productos de belleza a pesar de los precios más altos. 

Las normas culturales fomentan la creencia de que los precios más altos para los productos femeninos son necesarios para que las mujeres encajen en las expectativas sociales. Esto refuerza las nociones socialmente construidas de lo que debería ser una 'mujer'. 

La presión para comprar productos que aparentemente hacen que las mujeres sean más 'atractivas' las sobrecarga con gastos económicos adicionales. La presión social crea un ciclo repetitivo en el que se incentiva a las mujeres a mantener el comportamiento 'femenino' socialmente esperado.

Como el rosa puede ser representativo de la feminidad, la mayoría de los productos comercializados para mujeres incluyen este color en su empaque. 

El impuesto rosa debe ser eliminado porque contradice los principios de la justicia, la equidad y la igualdad. 

La erradicación de un impuesto de género requiere que los consumidores sean conscientes de los sesgos de género que son manipulados por las corporaciones. 

Si bien  persiste la fuerte publicidad que  promueve la segregación de género, un aumento en la demanda de productos sin género o unisex podría impulsar a las empresas a tomar conciencia de su responsabilidad social corporativa.

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