Sportswashing: Cuando el dinero sucio mancha el deporte


¿Sabías que los principales torneos deportivos son usados por organizaciones dañinas para legitimar sus causas y enmascarar su verdadero impacto?. El sportswashing es el uso de los deportes para presentar una versión depurada y más amigable de una organización comercial o política.

El término sportswashing es relativamente nuevo, pero la práctica es casi tan antigua como los deportes, se remonta a los juegos olímpicos originales en la antigua Grecia. 

Las Olimpiadas modernas, como las antiguas, han sido utilizadas como una herramienta política.

Por ejemplo, en las décadas de los años 30 y 40, las Copas Mundiales de la FIFA celebradas en Italia y Alemania se utilizaron para difundir propaganda a favor de los regímenes de Mussolini y Hitler.

Incluso la copa mundial de Qatar ha sido criticada fuertemente por el historial negativo de ese gobierno en cuestiones de derechos humanos. El gobierno de Qatar es acusado de tratos inhumanos a los trabajadores migrantes, además de la criminalización de la homosexualidad.

El fútbol es uno de los deportes que recibe más inversiones cuestionables. Desde hace décadas que la FIFA permite que dinero que esconde intenciones oscuras influya en la naturaleza competitiva del juego. 

El sportswashing es común en el fútbol pero también está en el tenis, el golf, incluso en la Fórmula 1. Por ejemplo, la Fórmula 1 está patrocinada por el banco HSBC que tuvo que pagar una multa de 1.900 millones de dólares por mover dinero de un cártel mexicano.

El sportswashing es tan efectivo porque las personas ven a los deportes como actividades limpias y justas, entonces, quienes patrocinan o se asocian con estas actividades no podrían ser malos.

El primer paso para erradicar el sportswashing podría ser que los organizadores de eventos deportivos endurezcan los estándares de patrocinio para filtrar a los anunciantes que tienen intereses ocultos.  

El fanatismo de las personas por los deportistas y los equipos dificulta la erradicación del sportswashing, porque el fanático deja la racionalidad a un lado y se deja llevar únicamente por las emociones.

Pero los fanáticos de los deportes y los periodistas al menos pueden llamar al sportswashing por lo que es, y los atletas deben mostrar algo de respeto por sí mismos cuando estén en contra o a favor de una causa. 

Esta táctica de relaciones públicas ha tenido éxito durante más de 2000 años y definitivamente no desaparecerá pronto.

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