Los humanos no tenemos un cerebro reptil, ese es un mito que charlatanes han estado repitiendo durante décadas para vender cursos de coaching y marketing. El concepto de los tres cerebros está ampliamente desacreditado por neurocientíficos y biólogos evolutivos.
El concepto detrás del cerebro triuno o cerebro reptil fue propuesto en la década de los sesenta por el neurocientífico Paul Maclean. MacLean sugirió que el cerebro humano está dividido en tres capas, cada una de las cuales fueron apareciendo de manera sucesiva debido a la evolución.
Los neurocientíficos actuales destacan los tres problemas principales de la teoría de los tres cerebros: 1) Implica que la evolución es una progresión lineal en la que un organismo evoluciona hacia el siguiente, pero ahora se sabe que los mamíferos no evolucionaron de los reptiles.
2) La corteza cerebral no es exclusiva de los mamíferos porque los reptiles, los peces y las aves también tienen corteza cerebral. 3) El cerebro no evolucionó con capas más sofisticadas construidas sobre capas más simples.
El modelo atrae especialmente a los psicoterapeutas porque parece dar credibilidad biológica a la teoría de la personalidad de Freud con el id, el ego y el superego mapeándose claramente en los cerebros reptiliano, límbico y cortical.
La teoría del cerebro reptil sostiene que el miedo y la ansiedad se heredaron de nuestros ancestros animales. Es decir, que ya vienen preinstalados en nuestros cerebros, lo cual se ha probado que no es cierto.
Un problema grave derivado de la analogía del cerebro reptiliano es que implica que el comportamiento humano está impulsado, ante todo, por el miedo. Y que el cerebro reptiliano domina la capacidad de tener un pensamiento racional y tranquilo.
La realidad es que las emociones son creaciones de tu cerebro que significan tus sensaciones corporales, o sea que son conceptos que aprendemos gradualmente a medida que crecemos.
Es simplista proponer que nuestro cerebro tiene tres secciones separadas con funciones individuales, la realidad es que nuestro cerebro está profundamente interconectado y sus funciones se complementan.
Hay dos razones por las que las personas promueven esta teoría: por ignorancia, o sea que también fueron engañadas y no cuestionaron esa información. Y por conveniencia, como cuando los falsos gurús y vendehúmos quieren hacerte comprar cursos y capacitaciones.