Mark Zuckerberg ha perdido la mitad de su fortuna, son $71 mil millones de dólares de su patrimonio neto este año. Esto se debe a que la mayor parte de su riqueza está vinculada a Meta, y el valor de mercado del gigante tecnológico cayó un 57% este año.
Además, Meta enfrenta muchas batallas legales. Por ejemplo, en Alemania fue rechazada su apelación en la acusación antimonopolio y ahora está sujeta a investigaciones del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea.
El estado de Nueva York lidera un grupo de estados que presionan a un tribunal de apelaciones para restablecer una demanda antimonopolio contra Facebook de Meta, argumentando el daño continuo de las acciones de la compañía.
Desde que Facebook cambió su nombre a Meta empezó su declive constante y muchos problemas. Con este cambio de imagen intentó dar un giro desde las redes sociales para liderar el metaverso, pero nada de lo que ha hecho hasta ahora le ha salido bien.
Solo ha generado decepción entre sus usuarios y la burla de la sociedad, lo que ha derivado en que los inversionistas pierdan la confianza y retiren su dinero de Meta.
Definitivamente su decisión de embarcarse en su viaje al metaverso fue inoportuna. La inestabilidad económica actual no constituye un buen ambiente para el desarrollo de tecnología revolucionaria porque los consumidores están priorizando sus gastos para protegerse de la inflación.
En su próximo evento Connect del 11 de octubre, Meta podría revertir los malos resultados. Se espera que presente las nuevas gafas Quest Pro, actualizaciones de Horizon Worlds y otros prototipos de realidad virtual y aumentada.
Meta depende demasiado del éxito de estos lanzamientos, podría ser otro golpe más a la reputación de la empresa o le ayudará a salir de su caída libre. La apuesta de Meta debe dar frutos pronto, recordemos que ha gastado más de $10 mil millones de dólares en el Metaverso este año.
Meta necesita desesperadamente recuperar la confianza de sus usuarios y de los inversionistas para sobrevivir en el largo plazo.
Por ahora, centrarse en reconstruir su imagen como una empresa que se preocupa por la privacidad digital podría ayudar a Meta a mejorar su reputación y evitar futuras batallas legales.