Homeopatía vendida como medicamento: El fraude de las farmacéuticas


Una de las principales características de un buen nombre de marca es que sea simple, fácil de pronunciar y fácil de recordar. Oscillococcinum spot

Este es un ejemplo de lo que no se debe hacer, pero quizá lo más cuestionable no es el horrible nombre que le pusieron, sino que este es un producto homeopático que es vendido como medicamento. Por supuesto que no es el único producto en el mercado, hay varios que se venden como medicamento sin serlo.

Por si no lo sabías, los productos homeopáticos no sirven para nada pero se les atribuyen propiedades curativas no demostradas, así que la gente las compra pensando que recibirán un beneficio. Realmente la homeopatía funciona como simple placebo y parecería ser inofensiva pero puede llegar a ser muy peligrosa.

Cuando una persona inescrupulosa receta o administra algún producto homeopático, el paciente pierde tiempo valioso al retrasar un tratamiento médico real y puede tener graves consecuencias.

La mayoría de la publicidad de los productos homeopáticos podría ser catalogada como publicidad engañosa, porque estos productos no cumplen con lo que prometen en ningún caso. Si fueran medicamentos, deberían tener un efecto terapéutico demostrable, y si no lo tienen no deberían ser vendidos como medicamentos.

En prácticamente todos los países de latinoamérica no se les exige a los fabricantes que demuestren la eficacia de los productos homeopáticos que venden.  

La homeopatía se basa en postulados pseudocientíficos que resultan peligrosos por sí solos. Las legislaciones de salud y publicidad deberían exigir una clara diferenciación entre un medicamento y un producto que aparenta serlo. Los consumidores debemos distinguir claramente cuáles son los medicamentos con eficacia probada y cuáles son los productos que aparentan ser medicamentos pero que no lo son.

La industria farmacéutica en general no persigue el bien común o la salud, sólo buscan ganar dinero a como dé lugar. Por esto, las jugosas comisiones han convencido a muchos médicos reales para vender estos productos.

La estrategia de los fabricantes incluye llamar a sus productos “medicamentos homeopáticos'', a pesar de no ser medicamentos. También suelen usar la frase “medicina alternativa” a pesar de no ser medicina. El hecho de utilizar “medicina alternativa” como denominación, se presta a confusiones que beneficia a los fabricantes insinuando que es otra clase de medicina que puede considerarse una opción a la medicina tradicional.

Pero la medicina tradicional tampoco es inofensiva, los medicamentos nos han engañado por años con productos que no cumplen su función.

La industria farmacéutica es muy poderosa y nada ni nadie la va a detener.

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