Emma Watson fue víctima de publicidad engañosa basada en deep fakes. Los anuncios sexualmente sugerentes fueron publicados en plataformas como Facebook e Instagram. Los videos promovían una aplicación llamada Face Mega, que permite intercambiar rostros en videos utilizando IA. Los deep fakes son medios sintéticos que manipulan contenido visual o auditivo, engañando a los espectadores.
El incidente generó preocupación por el acoso sexual y la falta de consentimiento. Pero esto es solo el comienzo y pronto la publicidad estará llena de deepfakes a medida que la IA avanza.
Los deep fakes se están utilizando cada vez más en diferentes áreas, incluida la publicidad. Algunas campañas han utilizado deepfakes para promover causas sociales o generar conciencia sobre problemas. Sin embargo, existen riesgos graves, como engañar a los consumidores causando daños emocionales o estafas.
En este punto es indispensable establecer regulaciones a nivel mundial que protejan a toda la sociedad de los peligros de los deepfakes y otros medios sintéticos.
Las plataformas de redes sociales pueden implementar advertencias o etiquetas de responsabilidad para indicar contenido generado por IA. Por supuesto que los creadores de contenido deben tener una responsabilidad directa y utilizar esta tecnología de manera ética.